23.3.12

Todas reíamos, todas sonreíamos, criticábamos, volvíamos a reír recordando momentos y quejándonos de las cosas, acompañando nuestras palabras con un baso de alcohol lleno de ron y ese típico redbull barato.
Nos abrazábamos unas a otras, incluso un beso de aquí a haya. Era todo tan especial, que no quería que acabase esa noche, demasiada noche quedaba por delante, ni yo sabía cuanta. Y después de avernos bebido el mundo fuimos a aquel lugar típico en nosotras, típico en los Sábados. Demasiada gente, todo eran empujones, pero demasiadas risas por delante por detrás, por la izquierda y por la derecha, mirases donde mirases. Un portero vigilando...
De repente escucho su voz, me giro, y allí estaba el, no podía faltar esa sonrisa. No lo pensé, fui corriendo a abrazarlo con mi gran sonrisa, mi sonrisa de volver a verlo de nuevo. ¿Sería cosa del destino encontrarme con el? No estaba previsto, ni si quiera fue planeado... Bueno reconozco que el me pregunto si iba a salir y donde, pero, no imaginaba volver a ver su cara frente a la mía, no volvía a imaginar su voz conversar conmigo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario